Nuestro cuerpo está equipado con un complicado y efectivo sistema de defensa frente a los patógenos, “El Sistema Inmunológico“.
Este sistema actúa con cautela pero con mucha efectividad, impidiendo y protegiéndonos de muchas enfermedades. Pero para actuar adecuadamente debe estar funcionando todos los días al 100%.
Existen factores que lo debilitan. Emocionales, por ejemplo, la tristeza o el miedo son algunos de ellos. Los hay físicos, como puede ser el padecer alguna enfermedad y también los hay nutricionales.
Si nutro adecuadamente mi mente, mi cuerpo y mi espíritu, dándole el alimento adecuado a cada uno de estos cuerpos que forman la unidad humana, contribuyo a una alta inmunidad, teniendo el sistema defensivo operando al 100%.
Dentro de la nutrición macrobiótica uno de los alimentos-medicamento que nos ayuda a subir nuestra inmunología son las ciruelas umeboshi.
Es un tipo de ciruela que se encuentra en Asia, se consume fermentada y entre muchas de sus cualidades puede destacarse que actúan como depurativas. Contienen muchos minerales, en especial hierro, contrarrestan los nocivos efectos del azúcar y del alcohol, ayuda cuando hay un resfriado, en molestias estomacales o intestinales, debilidad o falta de vitalidad, pero en especial son un antibiótico natural.
Además de no tener contraindicaciones, salvo la precaución con personas que padecen de presión arterial alta, que deben consumirlas en dosis muy pequeñas y supervisadas por un consultor macrobiótico cualificado.
Acostumbramos a consumirlas junto con el kuzu. Otro alimento proveniente de una raíz volcánica, muy fortalecedor y alcalinizante, con lo que obtenemos una bebida muy nutritiva, con muchas aplicaciones medicinales, en especial para subir la inmunidad.
Preparación
Esta bebida se conoce con el nombre de Ume-Sho-Kuzu
- 1 cucharadita de polvo kuzu
- 1 taza de agua natural
- 1 ciruela umeboshi
- 1 cucharaditas de salsa de soja
Disuelva el polvo de kuzu en el agua. Parta en trocitos la ciruela y añádala a la mezcla. Añada también el hueso de la ciruela.
Lleve al fuego en un cazo pequeño y remueva constantemente hasta que la mezcla se torne más o menos transparente. Añada la soja y sirva caliente.