Ya está llegando el momento de recibir la primavera y como dice la canción de Violeta Parra que tan mágicamente interpretaba Mercedes Sosa, es momento “Para que todo salga afuera”.
Si acostumbramos a escuchar nuestro organismo con un poco de atención, veremos como empezará a pedirnos cosas nuevas por sí solo.
Durante el invierno el cuerpo se calentó con una dieta rica en alimentos que proporcionaban calor y energía, pero a veces con demasiado trabajo. Es momento de eliminar los excesos acumulados.
Es el comienzo de un nuevo ciclo, para la naturaleza y para todos los que en ella habitamos, siguiendo estos cambios contínuos que nos recuerdan a cada instante que nada es permanente.
Al inicio de la primavera, la naturaleza se encargará de proporcionarnos los alimentos más adecuados para sacar el calor, para eliminar excesos y para nutrir los órganos más activos, el hígado y la vesícula biliar que se corresponden en la medicina oriental y en la macrobiotica a la transformación madera.
Aparecerán los berros, el diente de león, la rúcula, la endivia, los puerros y espárragos, la acelga, el apio, el pepino, todos ellos alimentos depurativos, laxantes y diuréticos.
Llegarán las preciosas fresas y cerezas y también frutas de tierra, ideales para limpiar el cuerpo de toxinas invernales:
el nabo, la coliflor, el brócoli, la cebolla blanca, la alcachofa, los guisantes… Alimentos que nos aportarán sales minerales y ayudarán a recuperar la forma.
Entre las legumbres más apropiadas para esta estación tenemos las lentejas, en especial las verdes y las Dupuy, los guisantes secos y la soja verde.
Las hierbas primaverales como el cebollino, el perejil, la menta y el tomillo nos ayudarán a realzar los sabores de nuestros platos.
Es el momento de introducir más verduras y frutas crudas de forma paulatina, para no enfriar el cuerpo demasiado, y utilizar vinagres de buena calidad para condimentar y potenciar el sabor ácido. También incluiremos las mineralizantes y depurativas algas, en especial la wakame.
La energía empieza a ascender y debemos disminuir el tiempo de las cocciones, menos fuego, menos horno y menos cocción en olla a presión.
Pero nuestro alimento por excelencia debe ser el cereal integral. Usaremos principalmente los que nutren el hígado y la vesícula biliar, cereales que refrescan y depuran. Entre ellos encontramos la cebada, la cebada perlada, el trigo, la espelta. Hay una gran variedad para elegir el que más se adapte a las necesidades individuales. Los podremos usar en cremas al desayuno y a la hora de comer.
Dentro de los cereales que nutren más el hígado y potencian su gran variedad de funciones, encontramos el Hatto Mugui Cebada Perlada. Originario de Asia tropical, de la familia de las gramíneas, crece hasta una altura de casi un metro, con tallos nudosos parecidos al bambú. Las hojas brillantes de color verde oscuro miden hasta 5 centímetros de ancho y tienen los bordes algo ondulados. Sus flores se polinízan a través del viento. Las semillas maduras, una vez descascarilladas, se hierven y se consumen de diferentes maneras. Es un alimento medicamento. Una de sus principales características es el poder que tiene para la disminución de la grasa en el hígado, la protección contra compuestos estimulantes de tumores, protección contra infecciones virales, disminución a reacciones alérgicas, disminución de las enfermedades coronarias, la disminución de osteoporosis, así como su efectividad en los tratamientos de artritis. Además es un cereal que contiene muy poco gluten.
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