Hace unos doce años me diagnosticaron la enfermedad ocular llamada glaucoma. Busqué una segunda opinión médica y se reafirmó el mismo diagnóstico. La solución era realizar una operación en ambos ojos o seguir un tratamiento, y me decidí por esto último. Desde entonces acudo a revisión periódica, donde me realizan una serie de pruebas y me envían una serie de medicamentos en forma de gotas para controlar la enfermedad.

Años más tarde asistí a mi primer curso de cocina macrobiótica, y más adelante a una consulta personalizada con Miryam Restrepo, la cual me aconsejó llevar una dieta macrobiótica adaptada a mi circunstancia.

Después de seguir estas pautas alimenticias, noté una mejoría y fuí dejando paulatinamente el tratamiento prescrito, pero siguiendo el mismo tipo de alimentación. Junto a esto he venido practicando yoga ocular y meditación.

Finalmente, en la penúltima visita a la clínica oftalmológica, los resultados de las pruebas mostraron que la enfermedad había desaparecido y para más seguridad, al cabo de unos meses, me volvieron a hacer otra vez las mismas pruebas, que volvieron a salir favorables. 

Ahora tengo que continuar las revisiones pero sin tratamiento alguno.